La práctica del Kundalini Yoga hace emerger emociones. Es habitual que esas emociones se traduzcan en lágrimas, revelando que algo está sucediendo a nivel interno. Lágrimas de tristeza, de nostalgia, de liberación, de agradecimiento, de angustia, de amor…. En yoga a veces lloramos.
Esto es algo que a algunas personas les extraña al principio, incluso una vez una alumna me aconsejó que avisara a todo el mundo cuando comienza a venir a las clases, porque para ella fue algo tan nuevo e inesperado que no supo encajar muy bien al principio y hasta estuvo a punto de dejar de venir. Claro que a veces se comenta, si la kriya va a trabajar emociones y liberar bloqueos, pero otras veces no viene al caso, o quizá decirlo a menudo en las clases puede generar cierta predisposición o rechazo al trabajo emocional. Lo sorprendente es que sabiendolo o no, queriendo o no, sucede.
El yoga actúa a un nivel muy profundo, el cuerpo está totalmente conectado con todo lo que somos, lo que pensamos, lo que sentimos… y en esa conexión es donde aparecen las soluciones reveladoras en una meditación, el dolor de cabeza que desaparece después de la clase, la sensación de plenitud total , o lágrimas durante la relajación… por comentar solo algunos ejemplos. Las emociones que no se expresan se quedan ‘atrapadas’ en el cuerpo, si son muy intensas el cuerpo las somatiza para mostrarnos que están ahí y es preciso prestarles atención e integrarlas. Muchas veces en el día a día no tenemos tiempo, o no sabemos cómo, o les restamos importancia… quizá horas, días, incluso años… emociones y pensamientos quedan atascados deseando salir al exterior. Y de repente, en una clase de yoga, esa emoción aparece … asociada a un pensamiento, a una imagen, a una palabra, una canción…. o NO. Quizá no pensabas en nada, (o pensabas que no pensabas en nada …) y una ráfaga de tristeza, o miedo, o alegría, o nostalgia…. aparece ante ti. Lo primero no asustarse, no pensar que algo esta mal y eso es un síntoma de depresión o algún otro trastorno, o creer que sólo a ti te sucede… A veces queda un sabor de boca amargo y queda esa sensación varios días después. También puede ser una felicidad ‘inexplicable’ que te acompaña en tu camino a casa como si flotaras… y esa sensación se queda hasta una semana contigo! Es bastante habitual, así que no hay por qué preocuparse, solo revisar y tomar conciencia del mensaje que trae para ti.
Las emociones no son buenas o malas, hemos aprendido a entenderlas en la dualidad ( llorar malo, reír bueno). Las emociones nos permiten conectarnos con nuestro cuerpo y con lo que sucede en nuestras vidas , con lo que nos atrae o nos produce rechazo , nos liberan de tensiones y permiten entender el mundo en otro lenguaje que no son las palabras y la lógica.
En mi experiencia personal, me costó permitir que las lágrimas aparecieran durante la práctica a pesar de sentirme removida en muchas ocasiones. No me permitía expresar lo que sentía, controlando desde mi parte mas racional, y rechazando esos sentimientos. Pero en algún momento, retiré la coraza y solté ese control, entendí en lo mas profundo de mi ser el gran poder sanador y liberador que tenían esas lágrimas. Y experimentar esa sensación de libertad cuando una emoción emerge y le das espacio, creo que es uno de los regalos más grandes que me ha dado el Kundalini Yoga.
Yogi Bhajan hablaba de transformar la emoción en devoción (en amor, en entrega, en tomar conciencia y elevar eso que estamos viviendo) frente a la conmoción (dejarse llevar por la emoción, el victimismo y el drama de la situación)
Comparto el caso de una persona que tras la muerte de su pareja no podía llorar. No había derramado ni una lágrima. Pasaba el tiempo y era evidente que algo bloqueaba ese dolor que iba quedándose y creciendo en su interior. Recuerdo perfectamente el primer día que pudo llorar durante una meditación. Fue tan liberador que a pesar del sufrimiento que contenían esas lágrimas, lo ‘celebramos’ y lo redefinimos positivamente, ya que le había permitido conectar con su dolor y soltarlo.
La palabra emoción proviene del latín ‘emovere’, literalmente ‘mover fuera’, ‘tender a la acción’. Las emociones nos guían a actuar de determinada manera, cumplen un papel adaptativo y nos han permitido evolucionar hasta el momento presente (el miedo nos protege, la ira nos muestra lo que no nos agrada, nos motiva a erradicarlo y ayuda a poner límites, la alegría nos invita a socializar y compartir, la tristeza lleva a mirar adentro y reestructurarnos…) Los problemas aparecen cuando no las expresamos, ignoramos su mensaje, o son expresadas de manera descontrolada, lo que produce desajuste en nosotros mismos y afecta a nuestras relaciones personales.
Mediante la práctica de kundalini yoga llegamos a hacernos conscientes de nuestras emociones, de cómo las manejamos, las creencias y pensamientos asociados , nuestras tendencias y hábitos emocionales, bloqueos que ellas generan en nuestro cuerpo, como la dificultad para expresar la ira , guardándola y agrediéndonos de manera inconsciente a nosotros mismos, bloqueando energéticamente nuestro cuerpo y afectando a órganos como el hígado, la vesícula biliar o el corazón. Toda enfermedad y desajuste en nuestro cuerpo tiene una lectura emocional, y conocerlo nos puede ayudar a cambiar patrones y modificar nuestros hábitos en general.
El kundalini yoga trabaja cambiando la química cerebral, incide sobre nuestro sistema endocrino y sistema nervioso. Al estimular nuestras glándulas ciertas hormonas son segregadas al torrente sanguíneo. Las hormonas son las mensajeras, el hipotálamo recoge la información que se regula a través de la pituitaria (centro de control hormonal). Nuestras emociones están totalmente ligadas al tipo de hormonas que segrega nuestro cuerpo , y el kundalini yoga facilita ese reajuste natural, al actuar a nivel físico y energético compensando los desequilibrios y liberando los bloqueos.
Niveles muy altos de estrés, toxicidad en nuestro cuerpo, glándulas desajustadas… llevan a que nuestro cerebro reciba información que no corresponde con lo que necesitamos lo que produce el desequilibrio, y respuestas emocionales que no son funcionales.
Siempre que estamos enfocando la mirada al punto del entrecejo, estamos estimulando el buen funcionamiento de la glandula pituitaria. Además, la meditación y el canto de mantras estimula el lóbulo frontal, que es el director ejecutivo. Entre sus funciones diversas, nos permite planificar, organizar nuestras acciones , interviene en la comunicación y en la elección de las palabras adecuadas , la resolución de problemas y algo muy importante, el control de las emociones. Principalmente la ira, la agresión y el impulso sexual .
Existen muchas kriyas especificas para el lóbulo frontal y quizá en otro momento hablaré mas extensamente acerca de ello.
Ahora cada vez que medites o te enfoques en tu entrecejo, recuerda que estas ayudando a que tu cerebro funcione adecuadamente y fortaleciendo las conexiones neuronales para tu autocontrol y autorregulación emocional, y cada vez que en tu práctica aparezcan lagrimitas asomando, acepta el regalo permitiendo que fluyan y agradece ese espacio privilegiado en tu esterilla para equilibrar y sanarte profundamente.